ORLANDO TIMES NEWS
LUIS CONES.-
En la entrega anterior, comentamos que LinkedIn quiere convertirse en la plataforma líder de recursos humanos a través de su propio marketplace. Un lugar que le permitirá a 740 millones de usuarios formar parte de la gig economy.
En esta oportunidad, hablaremos más en detalle de este tipo de economía y su relación con el empleo.
Según Maria Saenz de la Universidad de Deusto, una de las ventajas que ha traído consigo la emergencia de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTIC) se refiere a la rebaja de los costos de transacción.
De esta manera, las empresas, a la hora de externalizar parte de sus actividades productivas, soportan muchos menores costos que antes. Este cambio ha provocado que muchas organizaciones empresariales descentralicen todas aquellas actividades que no constituyen su core business, favoreciendo un entorno empresarial más competitivo en el que las estructuras organizativas son más reducidas y flexibles.
Evidentemente, esta evolución ha supuesto un cambio que no solo ha afectado al tamaño de las organizaciones empresariales, sino también a las propias relaciones laborales que allí se desarrollan.
En este sentido, cada vez resultan más numerosas las nuevas formas de trabajo existentes, nuevas formas, que llegan a modificar las características propias del puesto de trabajo, las condiciones laborales de los trabajadores o las experiencias vitales en el trabajo.
Aquí en Estados Unidos, la «gig-economy» –originariamente, «economía del pequeño encargo»– hace referencia al modelo de externalización productiva del nuevo entorno digital. Así, este término engloba a todas aquellas plataformas virtuales que, a través de la externalización de su actividad económica mediante trabajadores autónomos, están creando nuevas formas de prestación de servicios.
De acuerdo a startupxplore.com, una de las pioneras en este sector que ha visto cómo la economía colaborativa se afianza con el paso de los años es TaskRabbit. Fundada en San Francisco en el año 2008, este emprendimiento ha recaudado más de 40 millones de dólares de financiación en distintas rondas.
Su éxito se ha basado en demostrar que la gig economy puede cambiar el mercado laboral, poniendo en contacto a profesionales de un sector con potenciales clientes que necesitan de sus servicios.
En TaskRabbit encontrará a los profesionales que se ajustan a sus necesidades y su presupuesto. Así es como la gig economy facilita el empleo: los trabajadores encuentran fácilmente clientes y estos solo tienen que recurrir a una plataforma para hallar lo que buscan.
Otro negocio que ha marcado la pauta en el mundo del empleo desde la economía digital es OnboardIQ. Desde el 2015 ha generado más de 400.000 contrataciones por horas en Estados Unidos y recientemente ha levantado una ronda de financiamiento de más de 9 millones de dólares.
Su foco es permitir que las empresas que necesitan muchos empleados por horas puedan automatizar el proceso de selección y contratación. De este modo, la economía colaborativa se afianza como motor de innovación en el mercado laboral a través de la inteligencia artificial.
Ahora, si echamos un vistazo a la gig economy en general, tenemos que mencionar a Uber. Una compañía que, desde su popularidad, ayuda a que este sector revolucione el mercado laboral.
Sin embargo, el 74% de los choferes del servicio de taxis privados Uber en Estados Unidos tiene ingresos menores al salario mínimo de sus respectivos estados, de acuerdo con un estudio elaborado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
El estudio, basado en una encuesta con 1,100 conductores de Uber y Lyft, resaltó además que 30% de los choferes de estas empresas incluso “están perdiendo dinero una vez que los gastos del vehículo son incluidos”.
Consideró entre los costos de trabajar para estas empresas inversiones que a veces no son aparentes para los propios conductores, como seguros, mantenimiento, reparaciones, combustible y depreciación del vehículo.
Titulado “La economía de los taxis: los ingresos de los conductores, gastos e impuestos”, el estudio indicó que el modelo de Uber y Lyft no son sostenibles a largo plazo debido a que operan con subsidios tanto de sus inversionistas como de sus conductores.
Entonces, emprendedor mi conclusión es que si queremos formar parte de la gig economy debemos ser los creadores del conecto y no los usuarios.