Si pudiéramos personificar a Venezuela y convertirla en un ser humano, yo diría que se trata de una mujer muy bella, noble pero a la vez muy fuerte y que promete muchísimo por sus reservas (aquellas cosas que aún no muestra, pero que están en el fondo de su corazón). También diría, que ha sido maltratada muchísimo, por políticos y dirigentes, pero a mí juicio, también por sus hijos (habitantes)… Y esto lo digo, porque es muy común escuchar en un vuelo internacional que aterriza en Venezuela: “llegamos al infierno”, “tenía que ser Venezuela… Ya comenzó el desastre” ó “¿por qué no me quede en el exterior?”. E independientemente, que estés de acuerdo o no con estas expresiones, en algunos países prefieren hablar de lo bueno y no de lo malo.
Ahora bien, los resultados de las elecciones parlamentarias a final del año pasado, trajeron consigo cambios políticos en la dirección de la asamblea nacional (único poder de elección popular, después del poder ejecutivo). Sin embargo, estos cambios representan para algunos “esperanza” y para otros “más de lo mismo”. Entonces, la pregunta que yo me hago es: ¿hasta cuando tenemos que seguir esperando que las cosas cambien en Venezuela para nosotros hacer lo que nos corresponde? Y esto lo digo, con fundamentos psicológicos, científicos y hasta esotéricos, porque cualquier corriente del pensamiento en pro del beneficio individual y colectivo te dirá exactamente lo mismo: “para que el entorno cambie debes cambiar tú”.
Y es aquí donde quiero colocar la lupa, porque ante la disyuntiva de apostar o correr (irse del país) en el 2016, prefiero optar por hacer cambios personales que me permitan seguir apostando a esta bella mujer llamada Venezuela… Pero sé, que seguramente te estás preguntando: ¿cómo puedo cambiar en un escenario tan adverso?. Para esto, te dejo algunos tips que me han cambiado la vida y me han permitido subsistir (vender), mantenerme (vender más) y crecer (vender mejor) en Venezuela:
1.- No ahorres, invierte: el enemigo número uno de nuestro bolsillo, se llama inflación –se estima que en 2015 estuvo muy por encima de 200%-, y ante ella, lo mejor es invertir. Ahora, la forma de hacerlo puede conducirte al éxito o a la banca rota. A mi juicio, la mejor forma de invertir es en inventario para tu negocio o en bienes (no tecnológicos) que puedas vender rápidamente.
2.- No engordes, vende: en el pasado se estilaba comprar para “engordar” (esperar hasta que aumente de precio), hoy los altos niveles de inflación, afectan significativamente la posible utilidad que se pueda obtener a futuro. Es preferible vender rápido y volver a invertir.
3.- No gastes, costea: la mejor diferencia que he encontrado entre un gasto y un costo, es que el primero difícilmente se retorna, mientras que el segundo fue diseñado para obtener un beneficio a futuro. Entonces, los gastos que te toque hacer, conviértelos en costos.
4.- No supongas, precisa: reduce tu margen de error, imprecisión o pérdida. En estos tiempos, solo te puedes dar el lujo de ser asertivo, y la mejor forma que yo he encontrado para lograr esto, es preparándome, es decir, leyendo, instruyéndome y asistiendo a cursos.
5.- No corras, apuesta: Venezuela, como buena mujer tiene un carácter recio y fuerte, pero a la vez dócil y noble, es por ello, que yo opto por tratarla como me enseño mi abuelo: “a las mujeres, ni con el pétalo de una rosa”, y en lugar de quejarme y criticar, me he dedicado a hacer y apostar… Y este 2016 no será la excepción… Y tú? Qué estas dispuesto a hacer por Venezuela?